Delirio Flamenco

Caí prisionero de una caravana de gitanos, pues yo vivo de la mala fortuna de los viajeros que salen del puerto, no me arrepiento, siempre fui un perro andaluz sin domesticar, ahora veo que la luna esta noche es igual a la de ayer, como si fueran dos noches idénticas, con la vista entera a la casa de los ángeles... me levaron al un astillero antiguo, de maderas que responden cuando las pisas y el olor del mar es parte de todo, una fogata en dentro de un barril metálico gigante, yo en una esquina con las yeguas, la brisa marina me ha estropeado la nariz, mi camisa tiene sangre ajena y de mi nariz, una niña de ojos grises me lleva la comida, me habla en Romaní, yo le contesto en Andaluz, me regala su sonrisa y se marcha dando vueltas haciendo que su falda flote alrededor de sus piernas. Hoy habrá rumba, las mujeres desaparecieron de mi vista, solo niñas, viejos y hombres están preparando todo; los marineros de algunos bergantines, algunos eran antiguos corsarios Ingleses, que rompieron su pacto con la corona, otros marineros huyeron a la guerra de Carlos II, la mayoría Vascos rebeldes amantes de su independencia ficticia, se escuchaban gritos lejanos en distintos lenguajes, todos luego se fueron acercando a la llama gigante, cada uno de los grupos marchaba entre las sombras que el resplandor insuficiente de la luna no lograba aclarar, eran estrellas que se acercaban por una tierra negra.

Un trío de hombres flacuchos, son aretes y tatuajes cargaban sus guitarras, todos vestían pañoletas rojas en distintas partes del cuerpo, no vi cuando la niña se acercó a mi, ni sentí cuando me desato las manos, solo sentí su cabello que era como la noche sin luna de mis sueños "apura chabalé", cogió mi mano, me llevo cerca de la hoguera, mi cuerpo reaccionó al calor de buena forma, recupere el color sano de la piel, ella se recostó en mis piernas hablando con sigo misma en lengua de gitanos. Las guitarras empezaron a tocar, la luna desapareció y todo el mundo alrededor nuestro también, las estrellas de tierra se acercaron al escuchar los primeros acordes tan excéntricos y feroces, ya cerca del fuego desaparecía la ilusión y veías los rostros de los hombres de mar, todos callaban con respeto a la habilidad y a la belleza del ritmo, era como si narraran su sufrimientos y placeres, se los sentía, y si cerrabas los ojos las veías, todos los senderos en que se compusieron esas canciones... llego otro sujeto luego de buen rato de alucinaciones gitanas, tenia una botella de vino, era mi botella de Vino Sevillano que había robado a un militar hacia dos noches, quise arrebatársela, pero mire a mi falda y vi a la chica soñando, alguna parte de mi corazón me detuvo, aquel sujeto era el cantaor, que se daba ánimos a comenzar mientras aplaudía al compás de la canción... luego el cantaor, mira al piso y aplaude con un ritmo más agresivo, sin parar, sus palmas se golpean, su vista sigue en las tablas de madera antigua de astillero Andaluz, suspira... y luego canta en lengua de moros, su voz es viento que contiene lamento y rabia, todos a mi alrededor, estoy seguro, sentimos lo mismo, pero a la vez sonreímos, es un susurro tan bellamente hondo.

El cabello negro de la niña ocupo toda mi vista en un instante, de pronto recordé ese instante, era la noche de mis sueños, esos sueños que siempre terminaban por una caravana perdida en el camino; ella había levantado la cabeza de un golpe, había visto a su madre saliendo de la tienda, era hermosa, irradiaba respeto y todos la veían procurando que su mira no chocaran con la suya, se paro al lado de los tocones sin sonreír, sin ver a nadie mas que al horizonte eterno del mar mediterráneo, se levanto la falda, tomo una postura altanera y grito "cante jondo cantaor"

Su cuerpo imitaba el movimiento del fuego, y lo era, era fuego que propagaba iniciaba un incendio en nuestros corazones, la niña movía las manos como su madre, la miraba para copiar las piruetas a medias, todas las niñas la miraban con admiración, ella sabia todo eso, era superior a todo en la vida en esos instantes de rumba, no era gitana, era simplemente fuego, otra mujeres salieron de diferentes partes, todas igual de hermosas, igual de altaneras, solo existían ellas, la música, la madera que hacían cantar con sus tacos, las palmas de todo los demás, todas la miraban, sonreían y se susurraban de ves en cuando al oído pequeñas frases... de pronto todo se cayo... "Ole"... eso fue como una chispa en el mechero de un cañón, todas las voces gritaron en la lengua que cada uno conociera... las guitarras quisieron seguir pero el ruido era mucho "chavalé, se armo el Jaleo" me dijo la niña con la sonrisa mas linda que he visto en todos mis días de vida, la mujer se sentó, siempre con una postura elegante, salio otra al ruedo, esta tenia unos ojos verdes y el cabello hasta la altura del vientre... bailaba diferente, era de movimientos fuertes, como una pelea contra el viento y nuestra intuición, se movía en todo el espacio libre, parecía querer capturar la vista de todos uno por uno, y era eso lo que hacia, movía sus brazos en figuras que me recuerdan a las diosas de la india, todos éramos felizmente hechizados... así cada bailaora se distinguía, nos llevaba ,sin nuestra autorización, al sueño; a recordar como nuestros sus recuerdos.

La madera de la hoguera era poco mas que cenizas blancas, la luna nunca regreso, las sombras están en todos, y todos estábamos en las sombras, agotados, por el cansancio de las bailaoras, que nos robaron las energías con su baile, la niña dormía a mi lado, yo escuchaba la guitarra del ultimo tocaor en pie, su sonido me hacia recordar a Madrid, sus calles de tablero de ajedrez, las caricias de mi madre que me cantaba en Romani, mientras yo trataba de dormir la siesta, y el brillo de la espada de mi abuelo cuando el sol asomaba por la ventana… cerré los ojos… de pronto el ruido de unas carretas en el camino cercano... abrí los ojos, es una caravana que se acerca... cargo mi pistola y la escopeta, mi caballo esta bien despierto; miro al cielo negro sin luces… "esta noche es como la de mis sueños"


pd: Nya, Nya, nya !!! xD